El vestido tradicional consiste en un vestido blanco o de color blanco apagado con velo. La moda influye en el estilo e incluso en cuanto al largo. Este suele ser el mismo que lleva un vestido de fiesta muy formal.
La tela elegida suele ser elegante y lujosa; un satén grueso, un brocado, un encaje o un terciopelo son tejidos apropiados y dependerán de la estación del año. Por el contrario, los trajes nupciales de organdí y linón con bonitos diseños, la muselina de lunares o el algodón o lino bordados, pueden quedar preciosos. Se trata en cualquier caso de una elección por entero de la novia. Un aspecto que debe tenerse en cuenta es si ella desea un vestido que luego pueda transformar para llevar en otras ocasiones, o si después lo va a guardar con lavanda en papel tisú.
En la temporada en que estén de moda las colas largas, el largo de la misma estará en proporción directa con lo formal que sea la boda. Cualquier cola que tenga más de unos 90 centímetros de largo sólo será apropiada para una ceremonia en una catedral.
El velo de la novia puede ser largo o corto, de tul, encaje o ambos, según prefiera ella. Se puede sujetar con una corona de flores naranjas, un gorro Julieta o una tiara. La costumbre de ponerse un antiguo velo de encaje de la familia es entrañable; puesto que el encaje antiguo suele ser muy pesado, será preciso sujetarlo para que no se mueva con peinados modernos. A la hora de elegir el peinado y el tocado, deberá tenerse en cuenta que normalmente se puede pedir a un peluquero que vaya a casa de la novia para peinarla cuando ya esté vestida.
Es costumbre que la novia entre en la iglesia con el rostro tapado por el velo, y que salga una vez terminada la ceremonia con el velo retirado hacia atrás.
Un vestido de boda deberá tener manas y un escote bastante cerrado; los trajes demasiados atrevidos no resultan de buen gusto. Los complementos deberán ir a juego con el vestido y ser lo más sencillos posible; si se van a utilizar guantes, lo mejor es llevar unos que sean sencillos y tupidos. Si las mangas del vestido son cortas, se deberá llevar guantes largos.
Las novias que deseen casarse de blanco, pero que no quieran guardar su vestido después por motivos sentimentales, en algunas ocasiones alquilan el traje. Esta puede ser una solución muy buena, aparte de ser sin duda más económica.
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